Guía práctica para utilizar Chat GPT en las salas de clases
Esta herramienta de Inteligencia Artificial ha generado debate entre académicos y expertos. Sin embargo, en Chile han detectado un lado bueno: si los docentes aprenden a utilizarla, les permitirá mejorar su labor en la sala de clases. Por ello la Facultad de Educación de la Universidad del Desarrollo creó un manual sobre Chat GPT.
¿Cómo utilizar Chat GPT? Desde su irrupción en noviembre de 2022, esta herramienta ha dado que hablar, sobre todo en el mundo educativo. Sin una hoja de ruta en mano, muchos fueron los temores a nivel mundial de cómo esta herramienta, y otras similares de Inteligencia Artificial Generativa (IAG), podían mermar la labor docente y el aprendizaje en la sala de clases.
Aun cuando se está hablando de la importancia de su regulación a nivel nacional e internacional, los expertos en educación han concluido que la mejor forma es incluirla con precaución y responsabilidad y medir su impacto en el día a día.
Dada la insipiencia de dicha tecnología, es crucial que organismos e instituciones internacionales analicen y ayuden a los profesores que están en la sala de clases con lineamientos a seguir en el uso de herramientas de Inteligencia Artificial Generativa, como es ChatGPT.
Utilizar Chat GPT: sus oportunidades
Dadas las oportunidades que brinda el uso de la IAG para crear experiencias de aprendizaje más enriquecedoras y personalizadas, adaptadas a sus necesidades individuales, es que la Facultad de Educación de la Universidad del Desarrollo (UDD) generó un manual destinado a profesores sobre cómo utilizar ChatGPT para el proceso de enseñanza y aprendizaje en el aula.
Una guía gratuita y descargable en donde, con ejemplos concretos, entrega orientaciones generales sobre las alternativas de utilización del ChatGPT en las prácticas docentes con estudiantes.
“Hasta ahora, en Chile, no existen manuales de este tipo con recomendaciones prácticas para guiar a educadores y profesionales del sector educativo en una inclusión efectiva de la Inteligencia Artificial Generativa, pero sobre todo responsable”, comenta Mauricio Bravo, vicedecano de la Facultad de Educación UDD.
El manual parte con el contexto de ChatGPT y definiciones básicas para su buen uso, como la definición de Promt (el texto que se le da a la herramienta para pedirle que haga algo) y las características que debe tener (contexto definido, tema específico, tono adecuado y objetivo claro).
Una de las tareas en que puede ayudar esta herramienta al profesor es en la planificación para sus clases.
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Planificación de clases
El manual recomienda observar qué área de la planificación desea modificar o potenciar como la formulación de objetivos, la selección de indicadores, la consistencia en la secuencia, las estrategias didácticas o instrumentos de evaluación.
En base a esa especificidad, el manual da consejos de cómo pedir ese apoyo a ChatGPT. Además, sugieren prompt para mejorar las competencias didácticas como gestión de aula, evaluación, diseño de materiales didácticos, diversificación en el aula, etc.
Otra de las áreas en que ChatGPT puede aportar al trabajo docente es, además de la planificación, en las actividades dentro de la sala de clases, con la finalidad de implementar acciones orientadoras del trabajo hacia los estudiantes para asegurar un uso efectivo de la herramienta IAG y, de esta forma, maximizar el aprendizaje.
El manual entrega más de una decena de casos para implementarla, por ejemplo para incentivar la habilidad de comparación, en donde se incentiva, a través de la guía del profesor, que los alumnos comparen dos conceptos de la unidad trabajada, pidiéndole criterios de comparación a ChatGPT.
Después del trabajo autónomo, el manual recomienda que el profesor realice un plenario utilizando algunas preguntas orientadoras de este proceso: ¿Qué hacen cuando comparan?, ¿Qué habilidades utilizan? y ¿En qué otras situaciones en la vida nos sirven comparar?
Consejos para docentes
En uno de los apartados también dan ideas para fomentar el análisis y la reflexión, en donde aconseja al docente que, tras las respuestas de la herramienta, invite a los estudiantes a analizar y reflexionar sobre la información proporcionada, en donde el profesor plantee preguntas que les ayuden a conectar la información con lo que ya saben, identificar patrones o evaluar la confiabilidad de las respuestas.
Todas estas instancias que ayudan a profesores y alumnos, comenta la guía, deben estar resguardadas en un marco ético de buen uso.
“Estamos formando niños y jóvenes que en su adultez necesitarán competencias relacionadas con la IAG para desempeñarse en el campo laboral. Por eso es prioritario que desde la escuela los profesores conozcan y entiendan estas herramientas, con sus sus usos, limitaciones y riesgos. Sin embargo, lo más importante en este proceso de aprendizaje y enseñanza es comprender los riesgos éticos y desempeñar un rol formativo en este ámbito”, concluye Bravo.